martes, 21 de julio de 2009

HAY QUE BUSCAR SOLUCIONES


José Luis Segovia, jurista-criminólogo
“Ante el aumento de violencia juvenil, hay que devolver la autoridad a padres y maestros”
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid critica la influencia de las series

'Física o Química', de Antena 3 TV, "no aporta nada bueno", según Canalda.
Siete menores fueron detenidos el pasado fin de semana en en Isla Cristina (Huelva) por la presunta violación de una niña discapacitada psíquica de 13 años durante la celebración de las Fiestas del Carmen. Este trágico suceso se produce después de que el pasado jueves se conociera que seis jóvenes, cinco de ellos menores de edad, fueran detenidos como sospechosos de violar a una menor de 13 años en la localidad cordobesa de Baena.
José Luis Segovia, jurista-criminólogo, profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, explica a ALBAdigital que “aunque se trata, afortunadamente, de comportamientos que suponen un porcentaje muy pequeño dentro de las infracciones cometidas por los menores de edad, se trata de sucesos tan bárbaros que una sola víctima justificaría toda la alarma creada“.
Segovia considera que este problema no se arregla reformando la ley del menor, endureciendo las penas, sino que se trata de reconsiderar el papel de los adultos en la educación, de manera que aporten seguridades y límites, y, desde luego, interviniendo efectivamente con los menores de 14 desde los organismos de protección para evitar la sensación de impunidad, no sólo en los menores sino en toda la sociedad. “Ante el incremento de la violencia en todas sus formas que tienen como actores a niños y adolescentes, es un error pensar que este tipo de comportamientos se previenen elevando el rigor de la respuesta punitiva -opina-. Es una forma facilona que tiene el mundo adulto de eludir sus responsabilidades. Educar es siempre más dificil que poner una u otra cifra en la ley. Subyace en buena parte de estos comportamientos una fuerte carencia de referencias adultas. En efecto, los padres, los maestros, los adultos somos la referencia ética en que se fijan los niños. Pero hay que recordar que no se educa por telepatía. Educar exige un compromiso y una presencia no siempre fácil en la sociedad que estamos construyendo. No es posible educar sin transmitir seguridades y, al mismo tiempo, poner límites“.
Recuperar la autoridad
Considera además que la falta de presencia adulta en lugares de socialización y aprendizaje de normas éticas, como por ejemplo, el juego y el ocio, es clamorosa: “Los otrora ‘educadores de calle’ ya no existen. En otros momentos, era una constante en niños con problemas de adaptación lo que algún experto llamaba el síndrome del “mucha madre, poco padre”. Hoy, por razones no achacables sólo a los padres, ‘ni padre, ni madre, ni perrito que los ladre’”. El jurista sostiene que ”buena parte de los niños y adolescentes crecen rodeados de tecnología punta (incluso en espacios ecoómicamente carenciales) pero más huerfános y ayunos de valores que nunca. Pensar que esto se soluciona añadiendo años a las condenas o rebajando la edad penal, tranquilizará momentamente malas conciencias pero no sirve absolutamente para nada”.
En este sentido subraya que “lo que hay que hacer no es cambiar la Ley sino responsabilizar a los adultos de la crianza de los niños, apoyar a las familias en situación de mayor vulnerabilidad, devolver la autoridad a los padres, maestros y a los adultos en general. En ese sentido me parece ridículo que un padre o una madre sean procesados por un cachete a tiempo: ¡Se confunde el maltrato con un límite a utilizar excepcionalmente!”. También recomienda ”intervenir con diligencia cuando se dan conductas desadaptadas (con independencia de la edad), pues cada vez estoy más convencido que una medida a tiempo, con la mayor inmediatez respecto a los hechos, es infinitamente más eficaz que una mucho más extensa y cruel aplicada además a destiempo”, asegura.
El profesor Segovia recuerda que los comportamientos de los niños son claro reflejo de la sociedad en la que crecen: “Los niños son una esponja y expresan los valores y desvalores de la sociedad en que se crian o mal crían”.
En este sentido, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, aseguró en el programa ‘El Gato al Agua’, de Intereconomía TV que “tenemos grandes déficits educativos. Los padres no están atentos a lo que les pasa a sus hijos”. Y aludió a un reciente estudio sobre las series de televisión que confirma la destructiva influencia que están recibiendo los menores por esta vía: “Analizamos 87 series en 9 meses y básicamente no hay nada positivo en series dirigidas a chicos de 14, 15 ó 16 años. Hablamos de series como ‘Física o Química’, que no aportan nada bueno. Series que ponen como ordinario lo que realmente es extraordinario. Los niños están mucho tiempo solos delante de la televisión y no hay un adulto que de alguna manera module los mensajes que reciben los chicos”. Sobre la Ley del menor, se mostró crítico, “porque las penas que establece para los delitos más graves son bastante laxas“.

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