martes, 29 de septiembre de 2009

Invitacion del Papa


MENSAJE AL TÉRMINO DE LA EUCARISTÍA EN LA FIESTA DE SAN WENCESLAO
El Papa se despidió de Praga animando a los jóvenes a participar en la próxima Jornada Mundial de la juventud Madrid 2011
Una mini-jornada de la juventud se vivió ayer en la República Checa, en la explanada preparada en Stará Boleslav, con la participación de multitud jóvenes y familias en la Eucaristía que, en la fiesta de san Wenceslao, patrono de la nación checa, presidió el Papa. El Santo Padre aprovechó, al término de su homilía, para animar a todos los jóvenes a participar en la JMJ 2011
La experiencia de fe y de fraternidad que vivieron ayer los jóvenes checos y de países vecinos, hizo que el Santo Padre aprovechara esa gran cita para invitar y animar a todos los fieles a la próxima JMJ que se celebrará en Madrid en el 2011. También recordó la emotiva Jornada Mundial de la Juventud en Sydney (2008), donde millones de "mensajeros de esperanza" se dieron cita.En su Mensaje a los jóvenes –al término de la Santa Misa-, Benedicto les agradeció su contagioso "entusiasmo y generosidad propios de la juventud". Quiso igualmente alertarles del riesgo de que su "aspiración a la felicidad" sea explotada por «la actual sociedad de consumo», cosa que ésta hace "de manera falsa y alienante". El resultado es que no pocos jóvenes se dejan atraer por «paraísos artificiales, para encontrarse después en una triste soledad». La juventud es tiempo de «las primeras grandes elecciones, capaces de orientar la vida hacia el bien o hacia el mal», así que el Papa propuso a los jóvenes peregrinos la experiencia de san Agustín, "quien decía que el corazón de toda persona está inquieto hasta que encuentra lo que verdaderamente busca, y descubrió que sólo Jesucristo era la respuesta satisfactoria al deseo, suyo y de todo hombre, de una vida feliz, llena de significado y de valor". Corazón abierto es lo que pide el Santo Padre a los jóvenes: igual que hizo con san Agustín, "el Señor sale al encuentro de cada uno de vosotros, llama a la puerta de vuestra libertad y pide ser acogido como amigo. Os quiere hacer felices, llenos de humanidad y de dignidad", porque esto es "la fe cristiana: el encuentro con Cristo, Persona viva que da a la vida un nuevo horizonte y con ello la dirección decisiva". A cada uno el Señor llama por su nombre y confía una misión especifica en la Iglesia y en la sociedad. De ahí que Benedicto XVI pidiera también a los jóvenes tomar conciencia de que el Bautismo les ha hecho hijos de Dios y miembros de su Cuerpo que es la Iglesia. A quienes estén llamados al matrimonio, invita a prepararse al Sacramento como un auténtico camino vocacional. "¡La sociedad necesita familias cristianas, familias santas!", subrayó. Si el Señor llama a la vida sacerdotal o consagrada, el Papa invita a no dudar en la respuesta. "La Iglesia, también en este país, necesita numerosos y santos sacerdotes y personas totalmente consagradas al servicio de Cristo, Esperanza del mundo". Como en otros momentos del viaje apostólico, la palabra esperanza volvió a ser protagonista de este rato de encuentro especialmente con los jóvenes. "¡Vosotros, queridos jóvenes, sois la esperanza de la Iglesia! –les aseguró-. Ella espera que os hagáis mensajeros de la esperanza, como ocurrió el año pasado en Australia, en la Jornada Mundial de la Juventud, gran manifestación de fe juvenil, que pude vivir personalmente y en la que algunos de vosotros participasteis". "Muchos más podréis acudir a Madrid, en agosto de 2011" a la próxima Jornada Mundial de la Juventud. "Os invito a este gran encuentro de los jóvenes con Cristo en la Iglesia", recalcó.

No hay comentarios: